restauración de daños por agua

Sufrimos una pérdida de agua en uno de los aeropuertos locales. De hecho, habíamos terminado de reemplazar todo el techo en la mitad del edificio. Habíamos completado el trabajo hacía unas tres semanas, pero una granizada imprevista en septiembre nos sorprendió. Debido al volumen de granizo que cayó, se obstruyeron los desagües. El sistema de drenaje no pudo soportar el peso y se derrumbó por completo. En realidad, a nosotros no nos pareció un problema muy grave, pero fue distinto para nuestro cliente. Acababa de reconstruir el edificio tal como lo quería, y el problema volvió a ocurrir. Tuvimos que explicarle y ayudarlo a entender que contaba con nosotros. Que todo iba a estar bien. Y que podíamos ayudarlo a seguir operando mientras solucionábamos el problema. (música suave) Llegué al lugar a los 30 minutos, y nuestras cuadrillas lo hicieron a los 45. Tuvimos una respuesta muy rápida, algo fundamental para el cliente, porque eliminamos la mayor cantidad de agua antes de que pudiera extenderse mucho en el primer nivel. Tanto nuestros directores del proyecto como todos nuestros técnicos principales de campo cuentan con certificaciones del IICRC-WRT. Estas son certificaciones para técnicos en restauración de daños por agua, y son algo con lo que cualquiera que trabaje en el sector debe contar, en especial en los puestos de liderazgo. Y gracias a esta certificación, sabían qué hacer en este momento apremiante. Sabían cómo manejar la pérdida a futuro. El hecho de que el cliente pudiera continuar con sus operaciones, lo ayudamos a que pudiera mantener abiertas sus instalaciones. Solo tenía cosas buenas para decir al respecto. Y además, teniendo en cuenta que esta era la segunda pérdida casi idéntica que sufría en un año. Realmente, somos el único socio que necesitará. Nos llaman para reconstrucción. Nos llaman para trabajos de mejoras para inquilinos. Y nos llaman para servicios de emergencia. Hacer que los clientes vuelvan a su oficina, que regresen a su espacio de trabajo, y que no tengan que interrumpir sus actividades es algo que nos enorgullece. Y ver la sonrisa en el rostro del director general cuando le dimos la buena noticia de que iba a poder permanecer abierto. Que podría seguir funcionando tal como lo hacía. Eso no tiene precio. (música suave)